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Experiencias y estrategias de superación

“Voy a hacerlo aunque me cueste lágrimas”, “Me esforzaré hasta el máximo”, “Daré más de lo que tengo”, “Me exijo demasiado” “Siempre falta algo”…

¿A qué te suenan estas frases? ¿Si las repites, cómo te sientes?

Cuando leo esas frases, me imagino a alguien haciendo un trabajo excelente, sin embargo las consecuencias de no escucharse son fuertes para sí misma.

Algo que aprendí y que te invito a reflexionar es en relación a escucharte a ti misma. Tal vez te sucedió alguna vez de seguir algún consejo y pensar que era lo que vos necesitabas, sin embargo en tu interior sabías que no era eso.

¿Cuánta atención pones en tu corporalidad? Y esto no es que hagas gimnasia y listo, ya que muchas veces en una rutina de gimnasio o de ciertos ejercicios, se endurece el cuerpo para no sentir.

Encontrar el propio equilibrio es algo muy bonito.

¿Puedes escuchar y percibir tus contracturas, dolores, respiración, temperatura corporal e incluso los latidos de tu corazón?

Toma conciencia en este momento y observa tu corporalidad, puedes hacer una respiración tomando aire por la nariz, llevándola hasta el abdomen, la retienes unos segundos y luego la sueltas.

Si de pronto empiezas a hacerte preguntas ¿y por qué me sucede que no me escucho? Esas preguntas ¿te ayudan? A mí y a las personas que eligieron trabajar conmigo, les comparto otra pregunta:

¿Qué necesitas hoy para escucharte? ¿Qué sucede contigo si te escuchas?

Y solo tomarte un tiempo para respirar, y prestar atención a estas preguntas:

¿Cómo está tu cuerpo en este momento?
¿Sientes alguna tensión o contractura?
¿Hay algún dolor que sientas constantemente y lo dejes de lado?
¿Cómo veo tu cuerpo?
¿Qué pensamientos aparecen al momento de observar tu corporalidad?

Puedes trabajar ahora mismo, y no dejar para después lo que en este momento llegó a tus manos.

Un abrazo inmenso y que sigamos compartiendo.

Comienza hoy mismo tu transformación​

¿Quieres alcanzar tu equilibrio personal y profesional a través de tu transformación?