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Experiencias y estrategias de superación

¿Te pasó de sentir culpa y no saber cómo soltarla?

Una de las fuerzas del amor que el maestro Bert Hellinger descubrió desde constelaciones familiares es la Pertenencia: donde todos tienen derecho a pertenecer más allá de lo que haya sucedido. Y desde ahí buscamos como seres humanos ser parte de la familia, ya que actúa una conciencia que nos dice que si hacemos lo mismo que hace la familia, somos aceptados y bien vistos, si por el contrario hacemos lo opuesto o lo no esperado somos la oveja negra de la familia.

Malena era una mujer que había terminado la secundaria para aventurarse en una carrera profesional. Todos en su familia eran escribanos, sus padres, sus hermanos. A ella siempre le gustó el campo, y quería estudiar agronomía, pero sentía que sería desleal a su familia y el negocio familiar de la escribanía no tendría continuidad.

Ella necesitaba tomar una decisión para prepararse al ingreso, pero su padre enfermó gravemente y antes de morir le había dicho “querida hija, continúa el negocio familiar”.

Ella no sabía qué hacer, se sentía frustrada, triste, y muy culpable de tan solo pensar hacer algo diferente a lo que su papá le dijo.

Este caso que planteo es muy común en las familias, te pregunto:

¿Tu que harías?, ¿qué decisión tomarías?

Déjame que te cuente cómo sigue esta historia.

Malena (personaje de la historia) decide empezar a estudiar escribanía y ese primer año, casi al finalizar, se sentía muy triste, sin ganas de salir, lo único que hacía en su día era estudiar, y volver a casa. Un día, volviendo de la facultad, se sube a un micro y al lado de ella se sienta una mujer con un libro. El cual llamó su atención, en la página que su vecina de asiento tenía abierta, y alcanzó a leer:

“A veces tomamos decisiones inconscientemente pensando que serían las mejores, sin embargo las mismas nos traen sufrimiento en la vida. Hacemos promesas a nuestros padres, las que nos resultan muy difíciles para nuestros éxitos y dicha personal.”

Le resonó muchísimo esto, volvió a su casa y pidió una sesión de constelaciones familiares para poder trabajar en ello.

En la sesión pudo reconocer que seguía una promesa muy pesada que le hizo a su padre, entonces pudo reconciliarse tanto con su padre que ya no estaba vivo, como con ella misma. Se dio cuenta de que su elección era el camino más próspero para su vida. Y pudo integrar todo lo trabajado.

Llegó a su casa y lo primero que hizo fue inscribirse en agronomía. Luego se lo dijo a su familia, y si bien sintió culpa, recordó parte de la conversación en la constelación, “cuando una persona siente culpa pero internamente sabe que ese es el camino del corazón es cuando empieza a seguir su propio camino y su familia podrá asimilar todo a su debido tiempo, esa culpa es la que impulsa”. En su familia hubo enojo por un cierto tiempo hasta que vieron que ella disfrutaba muchísimo de su estudio, ya no estaba triste y se sentía muy feliz.

En esta historia, cuando Malena decide estudiar escribanía, lo que hizo es mantenerse inocente, como una niña leal a la familia. Sin embargo, esa decisión le impide su propio crecimiento personal y profesional, su camino al éxito y prosperidad.

Muchas veces escucho en personas que sienten culpa de elegir un tipo de vida diferente a la que su familia de origen elige. De hecho a mi me pasó en reiteradas ocasiones: una de ellas era al momento de estudiar medicina como mi padre anhelaba o administración de empresas lo que yo más amaba.

¿Cuántas veces dices porque siento culpa me quedo en el mismo lugar?

Sin embargo eso internamente te deja inocentes ante la vida. La inocencia está muy bien para los niños, luego ya de adultos muestra un amor ciego.

Luego también hay otras culpas que viven en nosotros y no sabemos de dónde vienen. Allí puede suceder que sientas la culpa de algunos de tus padres o ancestros, que no la hayan asumido, y tú, por un amor ciego, inconsciente te haces cargo. Esto se llama implicancia, intrincación o expiación donde quien siente culpa y no sabe porque la siente dice internamente a ese familiar: “yo por vos”, “yo como vos” “yo en tu lugar”.

Esto que te comento también me pasó a mí, y fue posible trabajarlo en una constelación, devolviendo esa emoción a quien le correspondía y así yo pude sentirme mejor, y todo se alivió, incluso el sistema familiar.

¿Es posible liberarse de una culpa?

La respuesta es depende. Hay culpas que son necesarias mirar, asumir la responsabilidad y aprender a llevarlas con amor y alegría.

Es el caso de abortos, provocados y espontáneos, daños causados consciente o inconscientemente, la culpa de vivir cuando alguien falleció en un accidente…

Si no se asume la responsabilidad de esa culpa, alguien la cargará por ti, otro hijo vivo, un nieto, etc. Asumir esa culpa es un trabajo de sanación para ti y para tu familia.

Espero con amor que algo de lo leído en este artículo te haya dado luz a tu vida.

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